jueves, 4 de febrero de 2016

SENTIMIENTOS DE FEMINOFILIA

Kim Pérez

Intentaré rehacer aquí primero los sentimientos de feminofilia permanente o transexual:

“Feminofilia es mirar a una mujer y desear ser ella. Las barreras se desvanecen. Yo soy lo que deseo.
“Quiero que su ropa sea la mía, para poder ser ella. La ropa es la persona.
“Quiero ser esa persona. Tan hermosa como ella.
“Quiero abandonar la grisedad de mi vida masculina. Quiero compartir esa vida de hermosura.
“Es encantador vivir una existencia centrada en la belleza y el atractivo.
“La miro durante horas. La admiro. Acepto cada molécula de su ser. Cada actitud, cada gesto. Quiero que sean los míos. La imito, sin darme cuenta. Y cuando me doy cuenta, sigo imitándola.
“Puedo ser así desde que tenía dos años o tres. Entonces estaba centrada en la adoración de la belleza y la seguridad del cariño de mi madre; algo muy puro había llegado a mi existencia y yo lo sentía como siento la luz del sol de la mañana.
“Su hipnotismo, sus ojos, su voz inolvidable que no volveré a oír en esta vida. Su compañía que me tranquilizaba. Me alegraba parecerme un poco a ella, me enorgullecía que mis gestos y mi manera de hablar y de moverme fueran como los de ella.
“Casi éxtasis.”

Ahora, la otra posibilidad, los sentimientos de feminofilia ocasional o transvestista:

“Si puedo volver a la vida masculina,  si me es en conjunto agradable como tal forma de vida, entonces seré un varón feminófilo.
“Que puede separar su vida profesional, familiar, social, de su pasión, como puede separarla de su amor a la música, por ejemplo.
“Cinco días trabajando, en un trabajo muy masculino, que además, me guste, y el viernes, por ejemplo, viviendo mi imagen femenina.
“¿No hay fans, fanáticos de la velocidad, que idolatran la velocidad?
“Pues yo seré una fan, que tiene pósters de mis ídolos en mi cuarto.
“¿No llega a ser la identidad de las fans la imagen de sus ídolos?
“Pues mi identidad será la imagen de la mujer que vibra en mi imaginación en cada momento.
“Mi identidad es mi deseo.
“Cuando mi deseo cese yo puedo volver a mi identidad masculina, con la normalidad y lo corriente de cualquier vida masculina.
“Otros pensamientos llenan mi imaginación.
“Me interesan los deportes. Encuentro buena la afición por los deportes, porque descansa la imaginación.
“Me compro un diario de deportes y encuentro conversación con los amigos”.


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